Las redes de abastecimiento de agua de Gran Canaria son un sumidero por el que se pierde buena parte de la carga que transportan. Hasta un 40% del agua que se produce y distribuye -incluida también la que se obtiene de pozos- no llega a su destino final en los hogares.
Así lo puso de manifiesto el ingeniero de planificación, control y saneamiento de Emalsa, Ezequiel Morales, durante su intervención en el debate organizado por el Colegio de Ingenieros Superiores de Canarias para celebrar el Día Mundial del Agua, que es el próximo 22 de marzo. En el debate intervinieron también el gerente del Consejo Insular de Aguas de Gran Canaria, José Luis Guerra, y el delegado de la división de aguas de la empresa Down Chemical en Canarias, Antonio Casañas.
Guerra achaca las elevadas pérdidas de agua en las redes de abasto a que no se invierte lo suficiente en las obras necesarias de reposición. Explicó que una red de distribución coloca en cada casa unos 30.000 metros cúbicos cada dos meses, es decir, 30 toneladas. "Manejar todo ese peso requiere un gasto enorme de energía y supone también un desgaste de las redes", señaló. Por tanto, hay que realizar unas labores básicas de mantenimiento para cubrir el servicio de abastecimiento y eso exige inversiones "que no siempre se realizan en la medida necesaria"...
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