Fuente: La Provincia 19/04/2009

El consistorio elude cualquier responsabilidad en el problema y culpa a la compañía

T.G. El gobierno municipal intentó ayer eludir cualquier tipo de responsabilidad por no haber informado a la población de la toxicidad del agua de abasto y aseguró que es Emalsa la que debe informar sobre la restricción del consumo.


Ningún responsable socialista del gobierno municipal quiso ayer hacer declaraciones para informar sobre el grave problema sanitario y el Ayuntamiento se limitó a emitir un comunicado en el que señala que ha ordenado a Emalsa que informara a la población de que el agua del grifo no se puede beber ni ser utilizada para cocinar.


Según el comunicado, la orden de informar de la restricción de agua se emitió tras conocer la nota pública de Sanidad emitida a los medios de comunicación. El Ayuntamiento asegura que en febrero de 2009 se solicitó a la Consejería que informara sobre el "grado de cumplimiento" de los parámetros sanitarios, información que según el gobierno municipal no se había facilitado. El concejal de Desarrollo Sostenible, Néstor Hernández, informó el pasado viernes de que esperaba que Sanidad se pronunciara este lunes o martes sobre el asunto.


Así las cosas, fuentes municipales aseguraron que el alcalde Jerónimo Saavedra se enteró el pasado viernes de lo que ocurría con el agua, por alguien externo a su grupo de gobierno. En concreto, fue la consejera de Sanidad, Mercedes Roldós, la que se reunió con Saavedra para informarle del grave problema sanitario que existía. Tras la reunión, el alcalde ordenó a Emalsa corregir de inmediato el problema. El regidor convocó también a su socia de gobierno, Nardy Barrios, y a la portavoz del Partido Popular, Pepa Luzardo, a quienes dio a conocer el problema. Las fuentes señalan que el regidor está muy enfadado por no haber recibido información sobre el asunto y que ello puede tener consecuencias en la remodelación que prepara.


Nardy Barrios, concejala de Fomento y presidenta de Compromiso, señaló que el exceso de boro es "consecuencia" de la "mala construcción" de los módulos de Isolux, que fueron adjudicados por Pepa Luzardo.