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Aquamac (2003-2005)
Atrapar el agua de la bruma
    06-October-2008   ABC

 El aire húmedo de los alisios, que soplan del noreste procedentes del anticiclón de las Azores, choca con los bloques insulares, viéndose obligado a elevarse formando una zona de nieblas que crea las condiciones adecuadas para que se produzca la llamada «lluvia horizontal». Este fenómeno, que en Canarias ha permitido la existencia de la laurisilva, un bosque relicto del Terciario, también es el punto de partida de un proyecto, ya en fase comercial, de captura de agua atmosférica.

Se trata de «captar el agua presente en la bruma, la niebla y las nubes bajas, así como de recoger la llovizna y la lluvia conduciéndolas hacia un aljibe o depósito donde se almacena para su posterior utilización», explica a ABC Graciela Rivero, gerente de Natural Aqua, una empresa que nació en 1999 con una doble vertiente, seguir investigando y poner a punto la técnica para que pueda utilizarse como una fuente de agua dulce. Y esto ya es posible en algunas núcleos pequeños de las islas.


Como un árbol
De la misma manera que la existencia del bosque de laurisilva permite que la humedad que traen consigo los alisios no pase de largo, los equipos diseñados por Natural Aqua -una estructura vertical metálica con bandejas auxiliares y recubiertas de malla- se interponen en el camino de las nubes y captan el agua que éstas traen consigo. Esto es, estas estructuras funcionan como un árbol, pues no necesitan ningún tipo de energía para funcionar y no alteran el ciclo hidrológico.


Más gráficamente, las mallas de la estructura atrapan la niebla, la «exprimen» y la devuelve en forma de agua potable. Su facilidad de instalación hace que este sistema esté especialmente indicado para núcleos aislados, donde es muy costoso bombear el agua, y también para contar con una reserva porque no siempre la lluvia llega en la época de máxima demanda hídrica de los cultivos. En este sentido, Rivero explica que algunos de los proyectos que han realizado hasta ahora han servido para llevar agua a un aljibe para abastecimiento humano en el Parque Rural del Macizo de Anaga (Tenerife); para abastecer una granja experimental de vacas lecheras, o abastecimiento en altura de una fuente para senderistas y un depósito para la lucha contra incendios forestales en la isla de La Palma.


La abrupta orografía de estas islas, también de Madeira y Cabo Verde -donde ya han exportado proyectos dentro de una red que pretenden extender por toda la región macaronésica- hace que las nieblas suelan situarse entre los 500 y 1.500 metros de altura. En este sentido, y para conocer las zonas con mejores condiciones, «estamos haciendo un mapa de brumas», explica Rivero. «Primero nos estamos centrando en la Macaronesia (Canarias, Azores, Madeira y Cabo Verde), pero más adelante queremos que sea mundial».
No obstante, cada proyecto supone la realización de un estudio geoclimático previo para conocer el comportamiento de la niebla. Por eso, puede parecer extraño que uno de los primeros proyectos con esta tecnología se realizara en Fuerteventura, una isla con poco más de 800 metros de altura y donde las nubes pasan literalmente de largo en la mayoría de ocasiones. «Queríamos demostrar que incluso en un lugar no tan óptimo el sistema es eficiente», afirma Rivero.


Más de 40 litros por m2
Así, por ejemplo, el nivel de captura de una estación tipo, que cuenta con 10 equipos captadores, en Fuerteventura es de 600 litros al día en condiciones óptimas, mientras que en Madeira se han recogido hasta 3.600 litros diarios. «Aunque la diferencia es grande, la primera cantidad no es nada desdeñable y Fuerteventura es un sitio donde escasea el agua, por tanto esta cifra allí es muy importante», matiza Rivero. Lo máximo está en que un solo equipo, con una superficie de 10 metros cuadrados, capture 42 litros por metro cuadrado (una estación completa 4.200 litros al día).


Por eso ya tienen equipos instalados en cinco de las islas Canarias (Fuerteventura, El Hierro, La Gomera, La Palma y Tenerife), en Madeira, y también en Colombia y República Dominicana, éstos últimos dentro de proyectos desarrollados por su Fundación, «Agua sin fronteras», que pretende llevar a países menos favorecidos esta tecnología para que ellos mismos construyan los aparatos y los instalen.


Murcia está interesada
Además esta empresa está a la espera de firmar un contrato con el Ayuntamiento de Cieza (Murcia) para construir allí una estación captadora. «Ya hemos hecho el estudio geoclimático, y desde que firmemos el contrato, una estación se monta en quince días». Lo que tardará un poco más es el proyecto de instalar allí un centro de investigación permanente que, en caso de prosperar, permitiría estudiar «in situ» las condiciones de Murcia para adoptar esta tecnología. Un paso importante si tenemos en cuenta que allí está buena parte de la huerta española y que la cuenca del Segura es la única con déficit estructural.


Fuera de nuestras fronteras también han mostrado interés por esta tecnología empresas y organizaciones de Francia, Inglaterra y Turquía. Y es que «aunque nuestras islas tienen unas condiciones idóneas, hay muchos lugares que también tienen una situación óptima para instalar estos equipos», afirma Rivera. Además, sus equipos de captura de agua no se limitan a la niebla, sino que trabajan igualmente con hielo y nieve, con lo que se abren muchísimo los lugares de actuación. Ya hay una estación de esquí en Teruel interesada. Pues mientras haya nieblas, el agua está garantizada.

 

 
 
 
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