Fuente: Canarias 7 19/06/2008

La capital grancanaria «está perdiendo las buenas prácticas históricas de ahorro de agua que caracterizaban los hábitos ciudadanos». Así lo considera al menos el documento que revisa la relación entre «ciudad y medio ambiente» elaborado en el marco de la Primera Conferencia Estratégica de la ciudad.

La producción de agua para el consumo y el tratamiento de los residuos sólidos son dos de los grandes retos que la Primera Conferencia Estrátegica de Las Palmas de Gran Canaria incluye en el documento de trabajo que servirá para definir las prioridades de futuro, en el marco del proyecto Proa 2020. El capítulo dedicado a «La ciudad y el medio ambiente» apunta la necesidad de grantizar «la producción de agua para el abastecimiento de la población favoreciendo formas de producción eficaces en el uso de energías alternativas, como vía para disminuir la elevada dependencia energética actual». En esa línea, se avisa de «una importante pérdida de agua por deficiencias en las redes de conducción» que «empeoran la calidad de las aguas de abasto», y se sugiere la «adecuación del precio del consumo a los costes reales de los recursos naturales».


La otra línea de trabajo en esa relación con el medio ambiente abunda en la necesidad urgente de mejorar el tratamiento de los residuos sólidos. Se recuerda «el incremento más que proporcional en la generación de residuos respecto al crecimiento de la población», un fenómeno que exige «abordar soluciones sobre su actual y futuro volumen, con procedimientos que garanticen su tratamiento y/o reciclado». Así se señala como «prioridad» la apuesta por «el ciclo integral en el tratamiento de residuos».


El transporte público y sus alternativas constituyen otra de las variables analizadas. Entre los retos que se recogen en este aspecto, se exige «mayores niveles de eficiencia» en la gestión del transporte colectivo, «de manera que se preste un servicio socialmente rentable que el ciudadano perciba eficaz y una alternativa real al transporte privado». Junto a ello, se promueve «el impulso de otras vías alternativas, como zonas peatonales, y de transportes de tracción» como la bicicleta.