Fuente: El Dia 20/10/2007

En los últimos años los procesos relacionados con la depuración de aguas residuales han experimentado un notable ascenso, lo que conlleva un alto consumo energético para acometer estos sistemas. Por tanto, de cara al futuro, se hace imprescindible potenciar las energías renovables relacionadas con los ciclos del agua.

Canarias emite un 41% más de dióxido de carbono a la atmósfera que en 1990 y es que la mayor parte de las emisiones proviene de la generación de energía. Este dato está íntimamente ligado al sector del agua, pues su tratamiento es uno de los principales consumidores de energía de las Islas, tal y como se recoge en el Plan Energético de Canarias (Pecan).

Según reza el documento, la gestión del agua en el Archipiélago requiere cada vez más recursos energéticos para acometer acciones como la captación de aguas de pozos y el transporte hasta los puntos de consumo.

El problema es que la sobreexplotación ocasionada por el incremento de la demanda ha obligado a introducir las tecnologías para desalar el agua de mar. Además, hay que sumar el hecho de que el deterioro de la calidad de los recursos subterráneos obliga a introducir agua depurada. Todos estos procesos suponen unos altos costes energéticos y económicos muy importantes.

Según señala el Pecan para el periodo 2006-2015, Lanzarote, Fuerteventura y Gran Canaria destacan por su elevada dependencia energética para la gestión del agua y es que, por ejemplo, Lanzarote, emplea el 27% de la energía que se consume en el ciclo del agua. En el caso de Gran Canaria, se ha estimado que la desalación de agua de mar puede suponer el uso de más de 300 toneladas de combustible fósil al día para su funcionamiento.

Por ello, lo que trata el documento del Ejecutivo autonómico es de optimizar los recursos que ya se tienen con el fin de emplear menos energía para estos procesos. Así, por ejemplo, en las Islas donde las galerías y manantiales están ubicados en altura, se propiciará el aprovechamiento hidráulico de la energía potencial de estos caudales.

Por todos estos motivos, el sector del agua se ha convertido en uno de los principales consumidores de energía de Canarias, por lo que resulta fundamental establecer un plan de ahorro energético en la gestión del agua. Sin embargo, también hay que incidir en su uso racional y que se reduzcan las pérdidas que se registran en las redes de distribución.

Como alternativa, el Plan Energético de Canarias plantea la instalación de turbinas hidroeléctricas dada la existencia en las islas de importantes desniveles que permiten aprovechar la fuerza del agua.