Fuente Diario De Avisos 28/09/2007

De un tiempo a esta parte la ciencia ha crucificado muchos de los aparatos que conviven con el ser humano. Microondas y teléfonos móviles han pasado a ser el objeto de deseo de la sociedad al mismo tiempo que son acusados de emitir radiaciones nocivas para el hombre. No obstante, no debe olvidarse que el origen de la radioactividad es tan amplio que incluso es gestado por la propia naturaleza. Es por ello que en este ámbito la composición de los suelos cobra relevancia al poder ser, en cientos de ocasiones, responsables de la contaminación de las aguas subterráneas. Establecer estrictas medidas que se encarguen de verificar los índices de radiación que presentan galerías o pozos, es una de las apuestas presentadas en las jornadas que, sobre esta temática, se celebran en la capital tinerfeña estos días.

José Hernández Armas, catedrático de Física de la Universidad de La Laguna que participó en esta iniciativa, dedicó su intervención a hacer hincapié en esta "necesidad". "Es necesario poner en marcha una estricta vigilancia para controlar los aspectos radiactivos" en Tenerife porque en la actualidad "sólo se contempla" la composición "química y biológica" del agua, explicó a este Diario.

El especialista, que dirige un laboratorio en la ULL que estudia esta temática, está convencido de que sólo siguiendo un control permanente se puede "conocer si las concentraciones son lo suficientemente bajas" como para no afectar a la población. En el caso de que "se superen los niveles" debe determinarse "la causa", ya que esto supone un peligro para la salud humana.

Es por ello que "llevo bastante tiempo indicando esta conveniencia a las autoridades".No obstante, en Canarias "no han habido problemas", entre otras cosas, porque "los suelos" que caracterizan a las Islas "son de basalto" y no de "granito", un material capaz de emitir un alto porcentaje de radiaciones. "Extremadura o Salamanca" son lugares donde sí predominan estos terrenos.